Quién esculpió esa mirada de hieloque, fija, escruta el horizonte en vano.
Quién, soñando a Dios, te hizo tan pagano
labrando en regios pliegues tanto anhelo.
Si supiera alzar hasta ti mi vueloy deshacer tu lustre soberano,
te desvelaría, oh Dios, ¡más humano!
abajado hasta el límite del suelo.
Como en el Evangelio, peregrino,dialogando a mi paso, compañero
que compartes tu pan en mi camino.
Y serías, Señor, más verdadero,más humilde y sencillo, ¡más divino!
menos piedra y mas barro del sendero.
Antonio Gómez Cantero
¿Quién se atreve a comentar este soneto?