Vimos a lo lejos la espadaña y nos acercamos, iglesia cerrada y con signos evidentes de una reparación de las cubiertas, con los restos amontonados alrededor, nos íbamos cuando vimos volar a varias cigüeñas, cuatro para ser exactos, lo más llamativo resultaba ser la bronca que tenían entre ellas. Una, tras un airoso planear, se acomodó en el nido. Las tres restantes girando en el aire mantenían la airada trifulca con gritos, no tengo idea de cómo llamar a los sonidos que emitían pero puedo asegurar que estaban enfadadas, muy enfadadas ! dos llegaron a posarse, en un campo inmediato a la iglesia siguiendo allí con su discusión amenazadora.
La última fotografía es definitiva, la cigüeña okupa (o quizás la titular de la vivienda) se mantiene en el nido, su pareja la defiende vigilante sobre el tejado, las otras dos, perplejas, están también sobre las tejas, una de ellas, derrotada, se pregunta clarísimamente… “ y donde pongo yo ahora mi huevo….” No hay otro campanario en varios kilómetros a la redonda !!!
Tadao Ando incluiría al disputado nido de San P. Ad Vinculam entre esa arquitectura silenciosa que nos habla… ??
Montaña Palentina en Junio 2.012
Texto y fotografías: Antonio Matamoros