Estos frescos de la Iglesia de San Martín, en Avila, guardan bastante similitud con los de San Baudelio de Berlanga, en la soriana población de Casillas. Estos han dado la vuelta al mundo, encontrándose algunos en la misma ermita, otros en el Museo del Prado, en Estados Unidos y en algún que otro sitio mas. Los restos de Avila han viajado menos quizá porque hasta hace relativamente poco tiempo estaban encalados y han pasado desapercibidos. Se pueden apreciar un ciervo, un par de ocas, un ave y multitud de motivos geométricos. En las fotos pequeñas: vista del interior del ábside y de los frontales de las naves, donde se encuentran estos frescos; cúpula del ábside, con pinturas posteriores a las románicas y vista de la torre con doble cuerpo: de granito el inferior y de ladrillo el superior, incluyendo arquerías y decoración.
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Una pintura es un poema sin palabras
Horacio