Claustro de San Pedro, pegado a la Concatedral / Soria
Allá por el siglo VIII en un románico primitivo, tosco, se inicia la construcción de la ermita de San Pedro. Cuatro siglos después se derruye la vieja iglesia y con el patrocinio de la Reina Doña Urraca se pone en marcha lo que será nuevo templo y monasterio agustino.
Se conserva el claustro del monasterio que a pesar de algunas mutilaciones, ha llegado a nuestros días en un relativo buen estado a pesar de todo lo acontecido a su alrededor.
La iglesia propiamente dicha de fachada plateresca fue reconstruida a partir de 1.520, año en que se vino abajo. Según crónicas de entonces por la insensatez de los eclesiásticos al frente de la misma, empeñados en levantar un nuevo altar para lo cual tiraron algunas columnas, propiciando la ruina del edificio.
El estado del claustro fue empeorando gradualmente por las humedades en techumbre, capiteles y columnas. El jardín actual no era otra cosa que una porción de monte bajo tomado por la vegetación. Con el nuevo rango de San Pedro, bula de 1.959 del Papa Juan XXIII, se iniciaron trabajos importantes, como la impermeabilización de techumbre y claustro trabajando en capiteles y columnas e igualmente en el nuevo jardín.
Fotografías: Jordi Jr., Nieves y Antonio Matamoros
Texto: Antonio Matamoros