Translate

FOTOCOLOQUIO(6): HINOJOSA

Comentario de Antonio Matamoros
Sólo somos piedras... ??
Nacimos en antiguas canteras, nuestros mayores, en forma muy primitiva, sirvieron a los celtíberos, astures, galaicos, vacceos, vetones, pelendones, turmógides, vascones, indecetes, berguistanos, etc. para sus dólmenes y monumentos funerarios, poco más tarde, rodios y focenses nos utilizaron en Emporium y Dianium, colonias griegas dedicadas al comercio. Que decir de nuestra aportación a los constructores romanos, puedes vernos en acueductos, en arcos, en puentes, murallas, sepulcros, en vías para transportar los cereales, metales, por donde viajaron sus Legiones, obras que aún resisten el paso de los siglos.
Luego tras las invasiones germánicas, corría el siglo IV, llegaron vándalos, alanos, suevos y tras ellos los visigodos, quienes removieron, reutilizaron y crearon nuevas construcciones teniendo como base a nuestro pétreo material.
Tras siglos de dominio musulmán, floreció nuestra utilización, Alfonso I inició la restauración de templos en sus campañas por Tierra de Campos llegando hasta el Duero e incluso hasta el Guadarrama. En su tiempo se edificó la iglesia monasterio de San Vicente, donde fuimos utilizados profusamente, en el sitio que luego fue la ciudad de Oviedo. Alfonso II el Casto, ensanchó sus dominios hasta el Duero e incluso hasta el Tajo, reconstruyó la basílica del Salvador ampliándola con varias capillas y donando la Cruz de los Angeles en el 808.
Se acerca nuestro mayor éxito, la sublimación de la piedra, Teodomiro obispo de Iría Flavia dice descubrir el Sepulcro del Apóstol Santiago, sobre el cual se construye la Iglesia, luego Catedral de Compostela.
A medida que avanza la Reconquista y establecida sólidamente la línea del Duero van fundándose iglesias y monasterios donde nosotros fuimos básicamente necesarias.
Aquí, en esta fotografía nos veis, sillares importantes formando el arco de medio punto que comunica con el claustro, rudos, fuertes, toscamente labrados, no hace falta más, somos el soporte y la base, ved en el interior columnas y capiteles primorosamente trabajados, también son piedras, lector, pero estás noblemente talladas, tienen, además de sostener, que ayudar a dar paz, serenidad a los monjes del lugar sin distraer sus oraciones, por ello la labra es suave, sin figuras que turban la meditación.
Somos granito, somos piedras, uno de los más antiguos amigos del hombre, soporte de sus creencias, de sus sueños, de sus ambiciones, de sus batallas, cómplices involuntarios de sus traiciones, de sus crímenes, de sus bondades, rodeadas de santidad, besadas por el incienso pero también teñidas de sangre, demasiadas veces teñidas de sangre…
Pero, amigo, esa no es nuestra culpa, sólo somos testigos de los actos de la humanidad, capaz de lo mejor y de lo más indigno, a nuestro amparo crímenes horribles y actos de bondad increíbles….. sólo sois humanos….al final cenizas….caídos en el olvido…. nosotros los viejos sillares, las piedras nobles sobrevivimos, somos la HISTORIA, respetadnos ! … seres ingratos.


Comentario de Paco Torralba
TRIPLETAS:
Casi todos hemos estudiado hace ya algunos años en Historia del Arte algún que otro término arquitectónico. Me viene a la memoria esta tripleta que aprendimos de corrido: arquitrabe, friso y cornisa, de la ya lejana civilización griega.
Otra conocida tripleta es la que forman los elementos de la columna: basa, fuste y capitel.
Lo que ya no nos enseñaron y aprendimos mas tarde son los que componen el capitel: ábaco o cimacio, cesta y astrágalo.
En la imagen que nos ocupa y una vez atravesado el arco que nos introduce en la galería nos dirigimos al elemento mas interesante de la misma: sus capiteles.
Vemos que corresponden a un románico ya tardío, casi cisterciense, lejos de los historiados o recargados de una etapa anterior pero no exentos de belleza, ni mucho menos. El tiempo parace haberlos tratado bien. La luz solar incide sobre la columnata sugiriendo alguna hora cercana al mediodía.
Y la naturaleza aporta un resquicio verde entre la arcada, dentro de una imagen predominantemente pétrea.
No es el románico brillante de otras latitudes. Es un románico rural. Nada más...ni nada menos...


Comentario de José Manuel
Invitación a traspasar bajo el arco y continuar camino por la galería... ¿a donde nos lleva?
Se intuye un deambular sereno, bien iluminado y con la regularidad aportada por la sucesión de arcos y columnas dándonos seguridad en nuestros pasos, y aunque se apoyen en un podio corrido de escasa altura, es suficiente para sugerir al caminante que no debe desviarse del camino señalado si quiere llegar a buen término.
¿cual es el fin último de la senda iniciada?... esta es la incógnita que la imagen no despeja, pero a su vez constituye la puerta que se abre para que cada uno elucubre cual puede ser el final. Por mi parte dejo entrever una serie de posibilidades que no son ni mejores ni peores que cualesquiera otras.
1.- La mas obvia: hallaremos una portada de acceso al templo donde podremos ponernos a bien con Dios, orando para que sean perdonados nuestros pecados.
2.- La puerta estará cerrada, la galería rodeará completamente el templo y entraremos en un vórtice de vueltas en derredor hasta perder el sentido del espacio y caer desfallecidos.
3.- Observense los capiteles, hemos entrado en un aula pétrea de geometría o botánica, y al final encontraremos al maestro.
4.- Parece que el exterior es un bosque, así que si nos situamos frente a cada arco tendremos un paisaje distinto bellamente enmarcado, por lo que el aula en esta ocasión es de arte.
5.- Parece que la galería tira a la izquierda, pero eso es entrar en política, así que mejor dejarlo.
6.- Definitiva: se lo preguntamos al que ha hecho la foto, que imagino lo habrá recorrido y así salimos de dudas y no tendré que imaginar extravagancias, que esto degenera.

No hay comentarios: