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ROMANICO EN LA SIERRA DE LA PELA


Si en condiciones normales a estos pueblos norteños de Guadalajara cuesta llegar, si se hace en un nevado dia de invierno esto se convierte casi en una aventura. Pero ver estos templos en estos desolados lugares y en esta estación , ciertamente, compensa. En la fotografía superior, la Iglesia del despoblado pueblo de Villacadima. En la inferior, Albendiego, eso si, con mucha animación.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

mal día para una romería, me parece a mi, pero cuentenos el autor como se calentaron para soportar el fresquete.

Anónimo dijo...

¿pierde la espiritualidad el habitante de la urbe y necesita de los influjos de estos solitarios templos para recuperarla?

Anónimo dijo...

Al habla, como dice uno de los anonimos comunicantes, el autor.
¿Mal dia? No, extraordinario.¿es que no valen las imágenes?¿soportar el fresquete?buen abrigo y complementos y...tira millas.
Sobre la segunda pregunta, evidentemente, depende de cada uno.Habra quien necesite de los influjos de las altas cumbres...por ejemplo.

Anónimo dijo...

¿Estas dos fotografías pertenecen a la última nevada en la zona?. Están preciosas. Una semana antes estuve disfrutando de estos maravillosos y solitarios templos. En Albendiego me molestó muchísimo que esté totalmente rodeado de sembrados y pegados al mismo. Los tractores pasan a unos centímetros del ábside, y no exagero. Me da la sensación, que en los pueblos no se dan cuenta de los tesoros que tienen. ¡Lo que daría yo por tener una iglesia románica junto a mi casa!

Anónimo dijo...

Si, Elisa, son de la última nevada en la zona. Bueno, si tienen campos, no esta mal. Hay varios templos en los que los muros del templo estan al lado mismo de la carretera. Eso es peor. Mira el caso de Talamanca del Jarama. A dos palmos del abside...

Anónimo dijo...

Tienes razón, siempre harán más daño los coches que los arados, pero es que aquí están totalmente encima de la iglesia.
Lo de Talamanca es demencial. Lo conozco y tengo su ábside retratado aunque me costó porque atacaban los coches y casi no había perspectiva. Es una pena.