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ESPACIOS Y ESPIRITU EN ARMONIA


 
Galería porticada de la parroquial de Aguilera (Soria)
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Los espacios y el espíritu en perfecta armonía, arquitectura humilde que ofrece al viajero un lugar de descanso, de paz y de serenidad. El lugar es bello no estridente, nada molesta, los trabajos en las piedras no llaman la atención distrayendo a quien desea meditar en soledad, exteriorizar sus ansiedades hasta encontrar ese punto de inteligencia emocional y humildad que da claridad de ideas y de comportamiento.
Texto: Antonio Matamoros

VERDAD SUBYACENTE





Capiteles de la portada meridional en la Iglesia de Aguilera (Soria)
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He llegado a creer que el mundo es un enigma, pero un inocente enigma hecho terrible por nuestro loco intento de interpretar todo como si existiese una verdad subyacente.
Umberto Eco

ORDENAMIENTO Y ESPIRITU





Iglesia parroquial de Aguilera (Soria)
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Arquitectura no son cuatro paredes y un tejado. Arquitectura es el ordenamiento de los espacios y el espíritu que se genera dentro.

CAMPANAS, ESTIPENDIOS Y ROMANICO





La Concepción en Ochánduri (La Rioja)
Leído en la Historia de Ochánduri, una crónica de hace mucho… mucho tiempo: Ayuntamiento a dos leguas de Santo Domingo, situado entre dos cuestas, la del Cortijo y la de San Cristóbal. Tenía escuela y el maestro recibía como soldada 18 fanegas de trigo de las familias de los alumnos y 10 fanegas del vecindario por tocar las campanas”. Tocar las campanas, código de señales muy arraigado en todo el Reino, en zonas del rio Tirón, como en el valle de Oja y otros, especialmente el toque “a nublo”, aviso a la población del riesgo inmediato de tormentas; también tenía que tocar, durante todo el año: la llegada del amanecer; del mediodía (a comer) a la una, con un toque previo a las once horas “con el fin de que las mujeres tengan listo el puchero que habrán de llevar a sus maridos a tiempo y lugar donde estuvieren trabajando”. Tres horas después del atardecer el toque de ánimas o de queda. Sin olvidar el toque de perdidos, cuando arreciaba el temporal de nieve en que resultaba difícil orientarse. A son de campana tañida se avisaban de las reuniones del Consejo. La vida, la alegría de las fiestas y la agonía de las muertes en los pueblos y aldeas se acompañaban con el sonido de las campanas. Ahora en la actualidad, las campanas descansan y como en mi pueblo los avisos vienen dados por una megafonía estridente y crispante, mezcla de servicio público y avisos comerciales. Basta de tocar campanas! vuelvo donde dejé al pluriempleado maestro, “recibía otro estipendio consistente en ocho fanegas de trigo y de cebada por parte del cabildo por hacer las veces de sacristán”. La Iglesia parroquial de La Concepción disponía de cura propio y todo un lujo: sacristán-maestro-campanero. El edificio, situado en un extremo de la población sobre la que domina es sólido y de piedra. Su puerta de entrada se halla al lado del mediodía y existe un cementerio pegado a la iglesia “que no perjudica a la salud de los vecinos, porque no solamente es bastante capaz sino que además es azotado fuertemente por los aires del Norte.” Me encantó especialmente la portada decorada con motivos vegetales y florales en cuadrados finamente labrados. Una columna muestra un delicado trabajo en toda su longitud, dos muy desfiguradas y tres lisas que probablemente sustituyeron al mismo número en mal estado en 1990, año en el que iniciaron trabajos de restauración. Del interior no puedo hablar, día laborable, avanzada la mañana, cerrado el templo a cal y canto y nadie a la vista…
Imágenes y texto: Antonio Matamoros

DOMINGO GARCIA (EL DE LA CALZADA)




Santo Domingo de la Calzada (La Rioja)
Domingo García de oficio pastor en sus largas horas de caminar con los rebaños, sufre las dificultades de los caminos apenas apuntados, la falta de puentes para cruzar las corrientes y barrancos, la aspereza de unas tierras todavía poco transitadas. Un buen día deja cayado, zurrón y ovejas e ingresa en el Monasterio de Valvanera deseando llegar a monje e iniciándose desde los trabajos más humildes. Algunos años después decide iniciar una vida más retirada, como ermitaño y se instala en las cercanías del rio Oja. Observa la presencia de caminantes que por allí pasan camino de Compostela. Recuerda sus dificultades siendo pastor para desplazarse por esas tierras e inicia una labor de reparación de la vieja calzada romana que llega desde Nájera, pasos sobre barrancos e incluso el más importante, un puente que cruza el río Oja. Una buena parte de esos trabajos no hubieran sido posible acometerlos de no mediar la ayuda del rey Alfonso VI de Castilla que a partir de 1.076 anexiona La Rioja a su corona. Edifica un hospital de peregrinos, un pequeño templo y un burgo, sobre un solar cedido por el monarca. Toda esa obra finaliza en 1.106, Domingo García llamado el de la Calzada muere tres años después a la edad de 90 años y viendo su obra, para el casi terminada. Pero no….. Cincuenta y pocos años después, el obispo de Calahorra ante la afluencia de peregrinos que llegan por el camino francés decide que el templo primitivo se queda pequeño y es preciso levantar uno mayor (que pueda competir con el cenobio benedictino de la cercana Nájera). Con posterioridad sufre más cambios y más ampliaciones, a día de hoy encontramos una mezcla de estilos, nobles, pero batiburrillo al fin. En el exterior, se encuentra el ábside central, dos ventanales y unos pocos canecillos, que parecen proceder de las primeras construcciones.
  Texto y fotografías: Antonio Matamoros