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EL VIAJE PROMETIDO (11)




A punto de iniciar el retorno y tras unos días en Pontevedra coincidiendo con la semana grande, donde mis acompañantes han vuelto a pisar asfalto y han podido asistir a festejos y saraos hemos destinado la última jornada para visitar al Apóstol. El desplazamiento en un cómodo tren de media distancia que en nada nos dejó en Santiago de Compostela. Día propio de la zona, nubes y a ratos una lluvia perezosa que no impide para nada disfrutar del lugar pese a que la catedral, su portada, todo, está rodeado de andamios que la envuelven como para protegerla… no siempre ha sido posible esquivar hierros que cruzan pasarelas entre esculturas limitando, en suma, la fotografía. Otra dificultad añadida ha sido el poder esquivar a multitud de visitantes, en algunas fotos ha sido posible recortar, en alguna otra la aparición súbita nos ha sorprendido.....
 Fotografías: Nieves, Begoña y Antonio Matamoros
 Texto: Antonio Matamoros

4 comentarios:

Paco Torralba dijo...

ESQUIVANDO HIERROS Y VISITANTES, sería el lógico título de esta crónica. Pero mejor sigamos la secuencia.
En esta época Santiago se llena de gente que, lógicamente, confluyen en la Catedral. Y en sus tiendas de souvenirs o recuerdos; hay unas cuantas. Y eso en un año normal. Si el pasado hubo obras... pues eso: andamios, espacios estrechados, gente todavía mas apretada...es lo que hay...

A.Matamoros dijo...

Creo que especialmente los jóvenes tenían que cumplir con ese ritual en este nuestro Camino, algo sui géneris. En su archivo de memoria debían grabarse esas sensaciones, luego con el tiempo quedarán impresas o se borrarán definitivamente…. A los adultos por serlo nada puedo decirles, salvo agradecerles su compañía. Sin embargo mis sensaciones del entorno, vividas esas pocas horas son de superficialidad y “souvenirs”, algo semejante a las jornadas medievales de Puebla de Sanabria…. cambiando bultos y embalajes por andamios, hierros y pasarelas, tiendas y en suma el sonido del dinero. Y eso me duele, por los caminantes que desde la lejanía vienen a Santiago, de buena fe e incluso sin fe… jornada a jornada, con frío o con calores insoportables, aquellos que desean encontrarse a sí mismos o entender la existencia de un Dios que no siempre es bondad y en ocasiones inclemente. Prefiero la paz, el silencio, el amor, que en cualquiera de esas humildes ermitas en el Camino reflejan sus vírgenes y sus santos, imperfectas las veces, pero que en la soledad nos perdonan, nos amparan y nos acompañan en nuestras penas y ansiedades.
AM

Paco Torralba dijo...

Brillante tu comentario, Antonio, tanto de idea como de redacción.
Difícil añadir algo mas...

A.Matamoros dijo...

En mi anterior comentario menciono unas Jornadas Medievales en Puebla de Sanabria, ejemplo del sonido del dinero, como si viajara en una máquina del tiempo me he adelantado un día en el viaje. Entenderá mejor el lector la comparación si atiende al próximo episodio (12) que a no tardar PT subirá a este rincón.
Gracias amigos
AM