Con un callado gesto de abandono, también se van hundiendo las cosas: ese reino de la nada y de nadie, tan próximo a nosotros que nunca llegó a pertenecernos, porque a veces es en lo más cercano donde se abren las distancias más hondas.
Pedro A. González Moreno
2 comentarios:
Me consta que es un parco consuelo, pero las obras de Alvar Aalto, Frank Lloyd Wrigh o Norman Foster, por poner un ejemplo,tendrán el mismo destino, y es que despues de todo la existencia del ser humano sobre la tierra va a ser una ínfima parte sobre la del planeta.
Probáblemente los autores de estas iglesias, como en parte pasa ahora con las grandes construcciones, pensarían que sus obras serían imutables al discurrir de los tiempos, y va a ser que no.
Ah, enhorabuena, bellamente poético el texto.
La humanidad puede que dure diez años, diez siglos, o diez mil milenios. ¿Quien lo sabe? Pero, mientras llega el fin, nuestro deber es conservar todo aquello que puede enriquecer nuestras efímeras vidas. Y los templos románicos, no cabe duda, son una parte importante del patrimonio espiritual y estético de la humanidad. Quede claro que no hablo de esta, o aquella, o la otra, religión, sino de Espiritualidad.
Amigo Paco, con mis felicitaciones te recomiendo el blog "Picota y cepo", donde en mis cortas posibilidades denuncio toda clase de agresiones, ruinas y dejaciones sobre nuestro románico. El de todos, ya sean optimistas o nihilistas. Un saludo y ¡adelante!
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